Lengua

Aunque pocas veces repares en ello, la lengua es uno de los órganos más importantes de la cavidad bucal. No solo es de utilidad en el momento de desarrollar funciones propias de esta estructura, sino que sus competencias se expanden también a otros contextos. Aquí te hablaremos de algunos de estos y de la razón por la que deberías cuidarla.

Principales funciones de la lengua

Es probable que pienses que la única función de la lengua sea la de percibir los sabores, pero incluso en ello existen percepciones equivocadas. Aunque son varios los atributos que le podemos dar a este órgano, los principales son los siguientes:

Detectar el sabor de los alimentos

A través de sus papilas gustativas, las cuales se encuentran distribuidas uniformemente por toda su superficie (y no dividida por áreas).

En contra de lo que piensas, el objetivo de las papilas gustativas no es generarte placer con la identificación de los sabores, sino en realidad prevenir a tu organismo del consumo de un alimento tóxico, en mal estado o que represente una amenaza para él.

Debido a que una persona sana tiene más de 10.000 de estas, también son de utilidad para determinar la textura, temperatura y estado de todo lo que entra en contacto con ellas.

Contribuir a la deglución  

Lo cual hace de varias formas: primero, distribuye la comida hacia los molares para que estos descompongan los alimentos en trozos más pequeños; y segundo: traslada estos trozos con movimientos ondulatorios hasta el esófago.

Gracias a la lengua podemos procesar los alimentos desde que los masticamos hasta que se encaminan hasta el estómago. Este proceso se realiza de manera inconsciente y está acompañado en todo momento por el salivado.

La saliva, entre otras cosas, contribuye al proceso de digestión antes de que la comida llegue al estómago. Humedece los alimentos, reduce el esfuerzo de los molares y contribuye a que la lengua los pueda movilizar con mayor facilidad.

Facilitar la articulación de algunos sonidos.

Cuando pronuncias una palabra, varios elementos de tu tracto vocal se combinan para que el sonido de un fonema sea ese y no otro. Siendo la lengua el órgano con mayor movimiento, es natural que su papel sea protagónico por sobre los demás.

Por ejemplo, pequeñas variaciones en su altura y posición pueden hacen la diferencia al momento de pronunciar todas las vocales. En fonemas como la s, la z, la k o la t su protagonismo es evidente. Sin su flexibilidad, no podríamos comunicarnos como lo hacemos hoy día.

Estas son tres de las funciones básicas de este órgano, aunque en la práctica son mucho más complejos de lo que hemos reseñado.

Sin embargo, esta información es suficiente para que te percates de su importancia. El cuidado de esta se perfila como un requisito indispensable para evitar el desarrollo de condiciones que pueden alterar total o parcialmente su funcionamiento.

Un correcto cepillado diario, tener una dieta equilibrada, disminuir el consumo de tabaco y alcohol y visitar a tu especialista de confianza cada 6 meses son solo algunos de los hábitos que contribuyen a esto.