Las muelas del juicio o terceros molares son piezas dentales que aparecen durante la etapa adulta. Situadas en la parte posterior de la boca, pueden emerger y alinearse normalmente con los otros dientes. También pueden aparecer parcialmente causando dolor en las muelas y molestias, lo que necesita la visita al odontólogo.
¿Qué problemas ocasionan las muelas del juicio?
Al no contar con el espacio adecuado para salir y crecer, producen dolor e inflamación. Además, pueden lesionar los demás dientes aumentando el riesgo de infección en el área. Incluso propician las caries dado que es difícil acceder a ellas para un correcto cepillado con el cepillo de dientes.
Ocasionalmente, generan quistes y a veces desarrollan un tumor benigno que requiere de cirugía. También es normal que hagan sangrar las encías. De hecho, provocan el apiñamiento de los dientes que requiere tratamiento ortodóncico.
Si sospechas que están emergiendo tus muelas del juicio quizás presentes algunos de estos síntomas:
- Dolor e inflamación pueden variar en intensidad y duración.
- Hipersensibilidad al masticar.
- Enrojecimiento y sangrado de las encías.
- Mal aliento.
- Sabor desagradable en la boca.
- Dificultad para abrir la boca.
¿Qué tratamiento se debe seguir?
Es de vital importancia la consulta periódica con el dentista. Aun cuando no se puede prevenir la erupción ni la retención de las cordales se puede supervisar su desarrollo.
El especialista te orientará tras haber realizado el interrogatorio, el examen físico y la realización de rayos x. Una vez se avistan, su pronóstico es bueno pues hay diferentes procedimientos a seguir para tratarlos.
Medicamentos
Se recetarán analgésicos como paracetamol y AINES como ibuprofeno. Estos no se limitarán a aliviar el dolor sino que además reducirán la inflamación. Junto a ello se prescriben antibióticos si hay infección.
Como punto importante, el profesional en salud bucal te recomendará prevenir la aparición de cuadros infecciosos. Para esto, es conveniente seguir una rutina de higiene bucal rigurosa.
Extracción
Algunos profesionales la recomiendan incluso si no presentan síntomas argumentando lo siguiente:
- pudieran no estar sanas.
- puede ser difícil su limpieza adecuada.
- su extracción en etapas posteriores resulta más complicada.
La intervención la lleva a cabo un cirujano bajo anestesia local. Se aumenta el tamaño del alvéolo para mover la muela hasta que esté floja y se pueda extraer. Generalmente, se realiza un corte en la encía y se parte en trozos la muela para extraerla. Posteriormente, se realiza una sutura que debe ser valorada tras 7 o 10 días.
Seguir las indicaciones del odontólogo después de la cirugía minimiza las complicaciones como las infecciones postoperatorias. Después de la cirugía es importante mantener una correcta higiene bucal. Mediante el cepillado y el enjuague bucal se evita la acumulación de restos de alimentos.
Asimismo, se sugiere una dieta blanda junto al uso de analgésicos y antibióticos prescritos. Como en cualquier otro acto quirúrgico, se necesita un período de convalecencia. Durante ese tiempo, el paciente pudiera presentar dolor, sangrado e inflamación de intensidad y duración variada.
Otros profesionales no justifican la extracción si las muelas han erupcionado normalmente. En este último punto, le corresponde a cada paciente decidir que alternativa escogerá. Independientemente de tu elección, recuerda que tratarte a tiempo es vital para tener una buena salud bucal.