congestion nasal

¿Cuántas veces has ido al otorrino por una sinusitis que no mejora? ¿Te han recetado sprays, antihistamínicos o antibióticos y, aun así, la molestia vuelve una y otra vez? ¿Notas presión en la zona de los pómulos o congestión en un solo lado? Tal vez estás lidiando con algo que no imaginabas: una sinusitis odontogénica crónica, una infección sinusal que no empieza en la nariz… sino en un diente.

Aunque cueste creerlo, hay infecciones dentales que suben al seno maxilar, generando síntomas respiratorios persistentes que se tratan como si fueran alergias o gripes mal curadas. En este artículo vamos a profundizar en esta afección invisible, pero más común de lo que parece.

¿Qué es la sinusitis odontogénica?

La sinusitis odontogénica es una inflamación del seno maxilar causada por una infección de origen dental. A diferencia de la sinusitis tradicional (que suele ser viral o bacteriana y afecta ambos senos por igual), esta suele ser unilateral, crónica y resistente a los tratamientos convencionales.

El seno maxilar es una cavidad ósea ubicada justo encima de las raíces de los premolares y molares superiores. En algunos pacientes, la raíz del diente está tan cerca del seno que cualquier infección, quiste o procedimiento odontológico puede invadir ese espacio.

¿Cómo puede una infección dental llegar al seno?

La conexión entre la boca y los senos maxilares no siempre es evidente. Sin embargo, hay situaciones clínicas donde esa barrera natural se rompe:

  • Infecciones periapicales crónicas en molares superiores
  • Endodoncias antiguas mal selladas con extrusión de material al seno
  • Extracciones dentales complicadas que comunican la raíz con el seno
  • Implantes colocados sin suficiente altura ósea
  • Reabsorciones óseas severas en pacientes con periodontitis avanzada

En todos estos casos, las bacterias orales penetran en el seno, lo colonizan y generan una infección persistente que no responde a tratamientos respiratorios comunes.

¿Qué síntomas puede causar una sinusitis de origen dental?

Uno de los grandes desafíos de esta afección es que sus síntomas se parecen a los de una sinusitis convencional. Sin embargo, hay algunos indicios clave que pueden despertar la sospecha:

  • Congestión nasal persistente en un solo lado
  • Dolor facial localizado (pómulo, mejilla, zona periorbital)
  • Secreción nasal densa, a menudo maloliente y unilateral
  • Goteo postnasal y mal aliento
  • Presión al inclinar la cabeza hacia adelante
  • Dolor dental leve o sensibilidad al masticar
  • Antecedentes de tratamiento dental en la zona afectada

¿Por qué pasa desapercibida durante tanto tiempo?

Porque no siempre duele un diente. En muchos casos, la pieza dental que origina la infección ya está desvitalizada (es decir, sin nervio), por lo que el paciente no percibe dolor. Otras veces, la infección se encuentra encapsulada en un granuloma o un quiste apical, sin generar síntomas agudos.

Por eso, es habitual que las personas acudan varias veces al médico, otorrino o alergólogo sin obtener un diagnóstico certero. Y mientras tanto, el problema sigue avanzando desde la raíz del diente hacia el interior del seno.

¿Cómo se diagnostica una sinusitis odontogénica?

El diagnóstico requiere una combinación de evaluación clínica, radiológica y, en muchos casos, la colaboración entre el dentista y el otorrino. Algunas herramientas clave incluyen:

  • Radiografía panorámica para identificar lesiones periapicales
  • Tomografía computarizada (CBCT) que permite ver la comunicación entre diente y seno
  • Sondaje nasal y pruebas de permeabilidad del ostium sinusal
  • Exploración intraoral para buscar fístulas, movilidad o cambios en la encía
  • Historial clínico detallado (¿hubo extracciones, endodoncias, implantes?)

Tratamiento: ¿quién debe actuar, el dentista o el otorrino?

Ambos. La sinusitis odontogénica es un ejemplo perfecto de enfermedad interdisciplinaria. Si solo se trata la nariz, la infección volverá. Y si solo se trata el diente sin drenar el seno, la recuperación será incompleta.

El tratamiento habitual consiste en:

  1. Identificar y eliminar el foco dental (endodoncia, retratamiento, extracción, etc.)
  2. Drenaje y limpieza del seno maxilar si hay pus o material de relleno intranasal
  3. Tratamiento antibiótico específico durante al menos 10-14 días
  4. Revisión con imagen de control para verificar que el seno se haya despejado
  5. Seguimiento conjunto entre odontología y otorrinolaringología

¿Qué pasa si no se trata?

Una sinusitis crónica de origen dental puede provocar complicaciones serias:

  • Infecciones recurrentes de vías respiratorias superiores
  • Dolor facial crónico o neuralgias
  • Fístulas orosinusal persistentes que provocan paso de aire o líquidos entre boca y nariz
  • Migración de implantes o materiales endodónticos al seno
  • Pérdida ósea importante en la zona maxilar posterior
  • Infección en cadena que puede llegar incluso a zonas orbitarias

¿Se puede prevenir?

Sí, y con bastante eficacia. Algunas medidas preventivas importantes:

  • Revisar endodoncias antiguas con control radiográfico
  • No colocar implantes sin una correcta planificación tridimensional
  • Evaluar cuidadosamente los senos maxilares antes de extracciones complejas
  • Seguir estrictamente las recomendaciones postoperatorias tras cirugías maxilares
  • Acudir al dentista al notar presión facial persistente o secreción nasal unilateral

¿Hay personas más propensas a sufrirla?

Aunque cualquier persona puede desarrollar una sinusitis de origen dental, hay grupos de mayor riesgo:

  • Pacientes con muchas restauraciones o endodoncias en molares superiores
  • Personas con antecedentes de traumatismos en la zona posterior del maxilar
  • Pacientes con sinusitis recurrentes que no responden a tratamiento médico
  • Personas con pérdida de piezas dentales y uso prolongado de prótesis sin revisión

¿Puede reaparecer una vez curada?

Sí, especialmente si no se ha eliminado completamente el foco dental. A veces, incluso tras una extracción, queda una comunicación bucosinusal que debe cerrarse quirúrgicamente. Si eso no se hace, las bacterias de la boca seguirán colonizando el seno, provocando recidivas.